Composición fotográfica:
Miguel Nicodemos
Ricardo Ramos, en las dos últimas temporadas de Segunda
División, defendió los colores de la ‘Amenaza Verde’, pero el más fructífero fue
la del 2012, ya que por su buen trabajo y a mérito propio, logró un reconocimiento
por la ADFP-SD, como jugador destacado.
Son dos temporadas
que luchaste el ascenso con Sport Áncash, pero no lograste el objetivo ¿Qué pasó?
En los dos años estuvimos cerca del título, pero
lastimosamente no se pudo conseguir la hazaña y darle una alegría a toda la gente de Huaraz, que semana a semana (partido
tras partido) nos apoyó incondicionalmente.
¿ Decepcionaste a alguien?
No tanto como decepcionar, pero sí triste, porque a pesar de
todos los inconvenientes que tuvimos, luchamos hasta el final para lograr el
objetivo.
¿Durante todo ese
tiempo, hay alguien que te apoyó de cerca, que siempre te alentó?
Mi esposa y mi hijo siempre estuvieron en las buenas y malas.
Verlos sentados en la tribuna, gritando a cada fin de semana, fue motivante...
Claro está, siempre estuviste identificado con el Sport Áncash ¿Qué le dirías a la hinchada?
Que dimos todo de nosotros, luchamos hasta el último por ascender y las disculpas del caso ya que siempre confiaron en
nosotros y no pudimos regalarle el título que era lo planeado desde que
iniciamos el proceso.
Tu buen desempeño te
llevó a lograr un reconocimiento por la ADFP-SD, eso te alienta más…
¿A quién no? En lo personal éste ha sido mi mejor año, fue
el logro de un conjunto de personas, cuerpo
técnico, jugadores y todos quienes nos apoyaron.
¿Y cuál es tu
objetivo próximo?
Llegar a jugar en primera es mi anhelo. Tuve un paso fugaz
por Atlético Minero en el 2008, desde entonces vengo jugando en segunda.
¿Eso quiere decir que
éste fue el último año en el Sport Áncash?
Por el momento no sé cuál será mi futuro, se lo dejo en
manos de Dios. De Sport Áncash no sé nada, en algún momento me sentaré a
conversar con el presidente del club y veré a qué acuerdos llegamos. Soy un
profesional, y no le cierro las puertas a ningún club.
Por Miguel Nicodemos –
Twitter: @MiguelNicodemos

























